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Guía sobre la dieta BARF para mascotas

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Seguramente hayas oído hablar de la dieta BARF en el mundo de la nutrición para mascotas. BARF son las siglas en inglés de Biologically Appropriate Raw Food (alimentos crudos biológicamente apropiados).

Aunque hay una serie de dietas que puedes seguir para asegurarte de que tu mascota reciba los nutrientes necesarios, los beneficios potenciales de una dieta cruda la están convirtiendo en una opción cada vez más popular.

En este artículo te servirá como una guía para principiantes sobre la dieta BARF, pero recuerda que es sumamente importante que no todos los animales tienen las mismas necesidades nutricionales y que debes consularlo antes con tu veterinario.

¿Qué es la dieta BARF?

La dieta BARF es un tipo de dieta omnívira a base de alimentos frescos y crudos como carne, huesos, frutas, verduras y hortalizas, huevos, hierbas, lácteos y semillas.

¿Qué contiene la dieta barf?

Carne magra: en torno al 70%

Las dietas BARF contienen un alto porcentaje en carne magra cruda para proporcionar proteínas esenciales, aminoácidos y vitaminas.

Es importante tener en cuenta que la alta proporción de carne no significa alimentar exclusivamente con carne magra. Esta proporción es una categoría amplia que contiene múltiples ingredientes, como la grasa saturada para aportar energía y órganos musculares, como corazón.

Huesos crudos comestibles: en torno al 10%

Los huesos comestibles crudos y blandos son otro de los componentes más importantes de las dietas BARF. Proporcionan calcio, fósforo y otros nutrientes esenciales.

La cantidad de huesos crudos comestibles puede necesitar una mascota para tener deposiciones firmes y consistentes también varía. Siempre hay que ajustarse a las necesidades individuales de cada animal.

En cualquier caso nunca le des huesos cocidos. La estructura molecular de los huesos de los animales cambia durante la cocción, creando astillas que pueden provocar obstrucciones en los intestinos de tu mascota.

Hígado: en torno al 5%

El hígado es un ingrediente importante en las dietas BARF para proporcionar la vitamina A liposoluble y vitaminas hidrosolubles.

La proporción del 5% de hígado es una directriz inicial y esta cantidad de hígado proporciona más de las cantidades recomendadas de vitamina A. Para mascotas sensibles a los órganos, una alimentación con menos hígado seguirá proporcionando la vitamina A suficiente.

Otros órganos: en torno al 5%

Otros órganos secretores, como el riñón, son ingredientes beneficiosos en las dietas BARF para proporcionar minerales esenciales y vitaminas hidrosolubles.

Verduras: en torno al 7%

Las verduras son ingredientes beneficiosos en las dietas BARF porque proporcionan nutrientes esenciales y fitoquímicos.

Semillas y frutos secos: en torno al 2%

Las semillas y frutos secos son ingredientes que proporcionan minerales esenciales, ácidos grasos y vitaminas liposolubles. Eso sí, deben estar previamente remojados y molidos.

Poner las semillas y frutos secos crudos a remojo reduce los fitatos (que aunque no son perjudiciales, reducen la absorción de algunos minerales) y la molienda favorece una digestión óptima.

Fruta

La fruta proporciona antioxidantes, pero debe añadirse en muy pequeñas cantidades debido a sus niveles de azúcar.

Leer: ¿Qué frutas y verduras pueden comer tus mascotas en verano?

Lista de alimentos prohibidos en dietas BARF

Nunca alimentes a tu mascota con:

  • Aguacate.
  • Cebolla.
  • Tomates.
  • Fruta a la que no se le hayan quitado las hojas, tallos y semillas.
  • Patatas crudas.
  • Ruibarbo.

Los riesgos de la dieta BARF

Antes de saber cómo dar a tu mascota este tipo de dietas, debes conocer los riesgos que supone la manipulación de este tipo de alimentos.

Recuerda que estamos hablando de muchos alimentos crudos que presentan múltiples microorganismos patógenos (bacterias, parásitos…) que pueden provocar:

  • Infecciones en los propios animales que los consumen.
  • Son un foco infectivo para las personas que los manipulan y que después están en contacto con las heces de estos animales, por donde los eliminarán.

Muchos de esos microorganismos son zoonóticos (pueden transmitirse a los seres humanos), por lo que hay que considerar este peligro y tenerlo muy en cuenta, sobre todo si se convive con niños, ancianos o personas con algún tipo de inmunosupresión.

Además, muchas bacterias presentes en estos alimentos pueden presentar resistencia a ciertos antibióticos (una problemática muy común actualmente), por lo que al consumirlas, los animales pueden presentar una menor respuesta a dichos antibióticos.

Por otra parte, este tipo de dietas incluye huesos carnosos que, si bien no son tan peligrosos como los huesos cocidos, sí pueden conllevar riesgos como obstrucciones intestinales, estreñimiento o alteraciones como perforaciones de paladar o fracturas dentales.

¿Cómo empezar a darle a mi mascota una dieta BARF?

Hay dos estrategias principales que se puede adoptar para introducir la dieta BARF: haciendo el cambio directamente o de forma gradual.

Aunque los animales más jóvenes pueden llevar bien el cambio de dieta, la mayoría sí necesitará un periodo de adaptación, aumentando gradualmente el volumen de alimentos crudos combinados con los alimentos que consume actualmente.

En cualquier caso, antes de empezar a alimentar a tu mascota con una dieta de este tipo, es fundamental pedir consejo profesional a tu veterinario sobre el plan de nutrición más adecuado para él.

Los veterinarios expertos en nutrición te darán las pautas a seguir para asegurar que se cubren las necesidades básicas de cantidad de la alimentos, proporciones y demás detalles.

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