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Problemas hepáticos en perros: enfermedades comunes, tratamiento y recomendaciones

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El hígado es uno de los órganos más importantes en el cuerpo de tu mascota. Sus funciones incluyen la eliminación de toxinas, el almacenamiento de vitaminas y minerales, y la regulación de procesos metabólicos clave. Sin embargo, debido a su papel en la filtración de sustancias, es vulnerable a sufrir daños por diversas causas.

Los problemas hepáticos en perros adultos son más comunes de lo que parece y, si no se detectan y tratan a tiempo, pueden derivar en complicaciones graves como convulsiones, encefalopatía hepática o incluso la muerte. En este artículo, aprenderás cómo identificar los síntomas, las causas más comunes y los tratamientos disponibles para proteger la salud de tu perro.

Enfermedades comunes del hígado en perros

El hígado puede verse afectado por diversas enfermedades y trastornos. Estas son algunas de las más frecuentes:

  • Hepatitis crónica: Inflamación del hígado que no debe confundirse con la hepatitis infecciosa canina, causada por el adenovirus canino 1 (CAV-1), la cual puede prevenirse con una vacuna.
  • Derivación portosistémica congénita: Un defecto de nacimiento en el que el flujo sanguíneo evita pasar por el hígado, lo que acumula toxinas en el organismo.
  • Cáncer de hígado: Los tumores primarios comienzan en el hígado, mientras que los secundarios provienen de otros órganos y son más comunes.
  • Daño hepático agudo: Suele estar provocado por toxinas, infecciones bacterianas, virales, parasitarias o fúngicas.

Síntomas de problemas hepáticos en perros

Reconocer los síntomas a tiempo es fundamental para actuar rápidamente. Algunos signos que debes vigilar incluyen:

  • Pérdida de apetito y peso.
  • Vómitos o diarrea frecuentes.
  • Aumento de la sed y la necesidad de orinar.
  • Cambios de comportamiento, como confusión o debilidad.
  • Ictericia (color amarillento en ojos, encías o piel).
  • Sangre en la orina o heces.
  • Ascitis (acumulación de líquido en el abdomen).
  • Convulsiones o pasos inestables.

Si observas alguno de estos síntomas, es esencial consultar a tu veterinario para un diagnóstico preciso.

Causas de las enfermedades hepáticas

Las enfermedades hepáticas en perros pueden ser consecuencia de múltiples factores, como:

  • Envejecimiento o predisposición genética.
  • Toxinas ambientales, como plantas tóxicas (artemisa, ciertas setas) o mohos en alimentos como el maíz.
  • Infecciones bacterianas o virales, como la leptospirosis, que los perros pueden contraer a través de agua o alimentos contaminados.
  • Enfermedades secundarias, como diabetes o problemas del páncreas.
  • Uso prolongado de ciertos medicamentos o consumo de alimentos grasos.

Prevención y diagnóstico

Aunque no siempre es posible prevenir las enfermedades hepáticas, puedes reducir el riesgo con estas prácticas:

  1. Controles veterinarios regulares: Realiza chequeos anuales, especialmente en perros mayores.
  2. Vacunación y desparasitación: Mantén al día las vacunas, como la de la leptospirosis, y asegúrate de que tu mascota esté libre de parásitos.
  3. Dieta equilibrada: Proporciona una alimentación adecuada y evita alimentos tóxicos o ricos en grasas. Por lo que es sumamente importante una nutrición veterinaria adecuada.
  4. Supervisión ambiental: Mantén a tu perro alejado de plantas, hierbas y sustancias químicas peligrosas.

El diagnóstico de problemas hepáticos se realiza mediante análisis veterinarios de sangre, ecografías, radiografías o biopsias hepáticas. Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en el pronóstico.

Tratamiento de las enfermedades hepáticas en perros

El tratamiento dependerá de la causa y la gravedad del problema. Entre las opciones más comunes se encuentran:

  • Cambios en la dieta: Una alimentación especial para perros con problemas hepáticos puede ayudar a reducir la carga sobre el hígado y facilitar su recuperación.
  • Medicamentos: Incluyen antibióticos para infecciones o ajustes en la medicación actual para proteger el hígado.
  • Cirugía: En casos graves, como tumores o quistes, puede ser necesario realizar una intervención quirúrgica.

Cómo cuidar a un perro con problemas hepáticos

El cuidado en casa es esencial para la recuperación de tu mascota. Algunos consejos prácticos incluyen:

  • Proporcionar una dieta específica recetada por el veterinario.
  • Administrar los medicamentos prescritos correctamente y evitar medicar por tu cuenta.
  • Monitorear el estado general de tu perro, especialmente su nivel de energía, apetito y síntomas como ictericia o vómitos.

En resumen, cuidar del hígado de tu perro es cuidar de su bienestar general. Aunque los problemas hepáticos pueden sonar serios, con los cuidados adecuados y un poco de prevención, puedes asegurarte de que tu mejor amigo disfrute de una vida larga y feliz. Recuerda ofrecerle una alimentación adecuada, mantenerlo alejado de sustancias tóxicas y no olvides las revisiones regulares con tu veterinario.

Si tienes dudas o notas algo fuera de lo común, no esperes a que sea grave: acércate a tu clínica Kivet más cercana. Estamos aquí para ayudarte a proteger su salud en todo momento, porque tu mascota se merece lo mejor.

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